HITOS EN LA HISTORIA DE ASCOLBI
1903. Comienza en América Latina la educación formal con un
curso organizado por el Consejo Nacional
de Mujeres, en Buenos Aires
1936. Daniel Samper Ortega, director de la Biblioteca Nacional de
Colombia gestiona ante la Union Panamericana
(En la actualidad la OEA), la visita de Janeiro Brooks Schmid,
subdirectora de la Biblioteca conmemorativa Colon, de dicha organización para
que dictara un curso de dos meses sobre catalogación y clasificación al
personal en servicio de la biblioteca Nacional.
1941. Se crea la Escuela de Biblioteconomia de la Universidad
Nacional de Panamá, fundada por el Dr. Gaston Litton
1941-1950. Se fundan 17 escuelas de Bibliotecologia en America
Latina
1942. La Experta Bibliotecaria Dorothy Roeder, patrocinada por la
Fundación Rockefeller dicta un nuevo curso de procesos técnicos a los
funcionarios de la Biblioteca Nacional.
A raíz de este curso, el Dr.
Enrique Uribe White, director de la Biblioteca Nacional, organiza el Primer Programa de Bibliotecología del país, dando origen a la llamada Escuela
de Bibliotecarios. Como coodirector de la Escuela prestó sus servicios el Dr.
Rudolf Gjelness, bibliotecario universitario norteamericano.
Fueron profesores
de esta escuela: Manuel José Forero, Sara Robinson de la State University of
Iowa, Clara Nwuth de Villa Sainz, de la New York State Library, Manuel Sanchez de
la Library of Congress, Dorothy Parker de la Union Panamericana y Maria Teresa
Lleras de Colombia.
De este curso integrado por 93
inscritos de los que se graduaron 79, surgió la Asociación de Bibliotecarios
de Bogotá, primer intento de constituir una asociación en el país.
1954. Primeras Jornadas bibliotecológicas de Colombia. Fueron
apoyadas por el Dr. Guillermo Hernandez de Alba, director de la Biblioteca
Nacional y a la cual asistieron 150 bibliotecarios.
1956. (30 de noviembre). Se realiza la Primera Asamblea de la Asociación
en la Sala José Eusebio Caro de la Biblioteca Nacional bajo la Presidencia del
Padre José Rafael Arboleda.
La primera Junta Directiva quedó
integrada por :
Blanca
Barberi. Presidente
Rubén
Perez Ortiz. Vicepresidente
Cecilia Jímenez
Saravia. Secretaria
Ángela Hernández de Caldas. Tesorera
Ernesto Delgado Aguirre. Vocal de Propaganda
José Ignacio Bohórquez C. Vocal de Publicaciones.
1956. Se adopta en el país el Credo
del Bibliotecario redactado inicialmente por Josse Lee Rader, fundador y decano de la Facultad de bibliotecarios de la Universidad de Oklahoma.
Este credo, fue pronunciado como un discurso de inauguracion de uno de los edificios de Biblioteca de la Universidad donde trabajaba el Profesor Rader.
Según nos lo relató el Dr. Gaston Litton, la traducción al castellano de este credo fue hecha, años antes, en Panamá por el Pbro. Bernardino Gómez, párroco de la Merced, en ese país y con la colaboración de la bibliotecaria de la Universidad de Panamá Doña. Carmen D. Herrera.
La versión portuguesa fue traducida, en 1953, a ese idioma por la bibliotecóloga Doña María Teresa de Amorín, a la sazón directora de la Biblioteca Pública Do estado de Paraná en Curitiva.
CREDO DEL BIBLIOTECARIO
1. La biblioteca es el camino para descubrir
nuevos genios, como Milton, Newton y Miguel Angel
2. La biblioteca
es el mejor instrumento para vencer el analfabetismo
3. La biblioteca
es luz que ahuyenta la ignorancia, causa de que muchas vidas carezcan de objetivos.
4. La biblioteca
desvía las mentes juveniles del crimen y el vicio.
5. La instrucción impartida
por la biblioteca aumenta la velocidad del engranaje industrial.
6. Los recursos
insospechados de la biblioteca son la llave que franquea los misterios de la
ciencia, la literatura, el arte y aún de la vida misma.
7. La biblioteca
es sembradora infatigable de conocimientos
y verdades por todo el mundo.
1958. Se le otorga a la Asociación la Personería Jurídica ( No. 3916 del 23 de diciembre de 1958)
y se determina como sede de Casa de Don Antonio Gómez Restrepo (Cr. 5 No.
12-56)
Este mismo año, José Ignacio Bohórquez,
Rubén Pérez Ortiz y Gerardo Paredes Fandiño redactan el Proyecto de Escalafón del
Bibliotecario, que otorga a los
bibliotecarios el mismo escalafón de los docentes.
1961. Se traslada la sede a la Sociedad de Amigos del País. (Cr. 5
No. 14-56)
1963. Por intervención del Bibliotecólogo Hernando Henao Jaramillo
se aborda al Senador antioqueño Gabriel
Vallejo Ospina para que presente un proyecto de reconocimiento y reglamentación
de la profesión. El Proyecto de ley No.
250 de 1963, se le encomendó a la Senadora Ofelia Uribe de Acosta. El proyecto
no prosperó.
1967. Se traslada la sede al Edificio Mauma. (Cr. 5 No. 16-73 Ofic.
405)
1967. Se adopta la bandera de
la entidad con un color verde limón (sinople).
1968. Por iniciativa del Dr. León Jaime Zapata Parra, se adopta el escudo de Ascolbi con la leyenda “Servum Servorum Science” Servidor de los
servidores de la ciencia.
1968. Se redacta el primer Codigo
de Etica profesional que fue encomendado a Gaston Litton y a Ernesto
Delgado pero que nunca se aprobó legalmente.
1969. Se convoca a la comunidad bibliotecaria a un concurso para componer el himno de la Asociación. Se declara desierto.
1971. Se hace un nuevo intento con el proyecto No. 12 de 1971 de
legalizar la Profesión en el cual intervienen los colegas Alvaro Vera Jaimes y Hernando Henao Jaramillo.
1973. Se adopta oficialmente el himno de la Asociación en la presidencia de Beatríz García de Tabares compuesto (letra y música) por el bibliotecario, declamador y poeta Jorge Enrique
Nossa de la Biblioteca Nacional.
El himno se estrenó oficialmente el día del bibliotecario de 1973 cuando un coro de colegas lo interpretó magistralmente:
Bibliotecario soy
Guía de estudiantes y letrados
Guardián de luz y amor
Y cuanto encierra la sabiduría.
Al libro yo le doy
La condición precisa que convida
A beber en la fuente inagotable
Que alegra y dignifica nuestra vida.
CORO
Adelante legión victoriosa,
Portadora de noble creencia,
a tu paso se aleja la sombra
con los rayos de luz de la ciencia.
Por la gracia del libro sapiente,
Cabe el mundo en la mano del hombre
si lo guiamos con fe del que siente
que trasmite el
milagro que asombre
1975. Se traslada la Asociación a la Casa de Gilberto Álzate
Avendaño.
1976. Se afilia Ascolbi
a la IFLA
1976. Se aprueba una reforma de estatutos en donde se le denomina Asociación Colombiana de
Bibliotecarios y Documentalistas.
1979. Se expide la Ley 11 de
1979 que reconoce a la Bibliotecología como profesión.
FUNDADORES
DE ASCOLBI
Consideramos fundadores a todos aquellos bibliotecarios que participaron en la Primera Asamblea General, reunida el 30 de noviembre de 1956 en la Sala José Eusebio Caro de la Biblioteca Nacional y presidida por el Presbitero José Rafael Arboleda, cabeza de la comisión organizadora que mas abajo mencionamos:
Son ellos en orden alfabético, según consta en actas:
1. Acevedo, Bertulfo (Pbro.)
2. Álvarez, Gladys
3. Amaya de Varela, Paulina
4. Anchique, Ricardo
5. Ángel V., Federico
6. Angulo, Sofia
7. Arboleda, José Rafael (Pbr.)
8. Baños Bernal, Luisa
9. Baraya, Beatriz
10. Barberi, Blanca
11. Bedoya, Rosa
12. Belmonte Román, lucía
13. Beltrán, Carlos
14. Bohórquez Colorado, José Ignacio
15. Bohórquez, Susana
16. Calderón, María Josefa de
17. Camacho, Lucila
18. Camargo, Irma
19. Carrizosa, Inés
20. Carvajalino de Blestein, Eva
21. Caycedo, Dora
22. Cediel, Blanca
23. Cubillos, Armando
24. Cuenca, Hernando
25. Cuellar, María Teresa
26. Delgado Aguirre, Ernesto
27. Díaz, Carolina
28. Duque Gómez, Luis
29. Duque, Flor
30. Duque, Arabela
31. Erazo, Consuelo
32. Espinal, gloria
33. Eslava, María G. de
34. Eugenio Adolfo, Hermano
35. Estupiñan, David, Fray
36. Floren Lozano, Luis
37. Forero, Isabel
38. Forero, Manuel José
39. Forero Nougués, Marion
40. Frías, Amalia
41. Gaitán, Héctor
42. Gómez González, Rafael
43. Góngora, Nice
44. González, Dora
45. Gutierrez, Carmen Ligia
46. Guzmán, Ana de
47. Heredia, teresa
48. Hernández Arango, Ángela. (Ángela Hernández de Caldas)
49. Hunda Cruz, Maruja
50. Jácome, Mary
51. Jiménez, Carmen Lucía
52. Jiménez Saravia, Cecilia
53. Lozano, Abilio
54. Lozano Reyes, Beatriz
55. Lleras Restrepo, Ana
56. Martínez, Ana Virginia
57. Marulanda, Félix, Fray
58. Marcuchi, Reynardo
59. Medina, Lucrecia
60. Medina, Margarita
61. Mejía, Emma
62. Mejía, Hernando
63. Merino, Félix
64. Mesa Montealegre, Bertha
65. Miramón, Alberto
66. Molina, Ana Isabel
67. Monsalve, Andrés María, Fray
68. Mora, Aura
69. Moreno Mattos, Armando
70. Munevar, Margot
71. Ojeda J., Manuel
72. Pajuelo, Julia Inés de
73. Paredes, Gerardo
74. Perea, Margarita
75. Pérez Ayala, José Manuel
76. Pérez Ortiz, Rubén
77. Perilla, Ana Tulia
78. Posada Azuero, Lope
79. Quijano, Nhora
80. Quiñones, Ester
81. Ramírez Castaño, Amalia
82. Ramírez Macías, Beatriz
83. Rico, Jorge Hernando
84. Rizzo, Alicia
85. Rodríguez Camacho, Hernando
86. Rodríguez, Leonor de
87. Rosales, Julia T. de
88. Rosso, Renato
89. Ruiz, Mariela
90. Sáenz, Helena de
91. Salazar, Geovanna
92. Sánchez de Antelo, Inés
93. Solano, América Viuda de
94. Torres Rocha, Sofía
95. Trejos Botero, Jorge, Pbro.
96. Ulloa N., Carlos
97. Uribe, Ramón
98. Vargas, Hernando
99. Vega, Sofía
100. Vergara Díaz, Lucia
La COMISION ORGANIZADORA encargada de convocar a los bibliotecarios del país, redactar los estatutos, organizar ponencias, etc. estuvo integrada por las siguientes personas:
Nombres y apellidos |
José Rafael Arboleda |
Blanca Barberí |
Lucía Belmonte Román |
José Ignacio Bohórquez |
Inés Carrizosa |
Luis Florén |
Manuel José Forero |
Marion Forero Nougués |
Teresa Heredia |
Ángela Hernández Arango |
Cecilia Jimenez Seravia |
Alberto Miramón |
José Ignacio Perdomo |
José Manuel Pérez Ayala |
Rubén Pérez Ortiz |
Ana Tulia Ortiz |
Lucia Vergara |
La historia de ASCOLBI está ligada estrechamente con la historia educativa y cultural del país. La creación de la Biblioteca Nacional de Colombia en 1777, en ese entonces Real Biblioteca Pública de Santafé de Bogotá, despertó la necesidad de implementar prácticas que condujesen a la organización y difusión de las obras allí custodiadas, con el fin de permitir el acceso público al conocimiento, no obstante que paradójicamente su fin originario era “cumplir la idea de don Francisco Moreno y Escandón, quién propuso como útil y necesario para el fomento de las letras, el establecimiento de una biblioteca pública, en la cual se deberían clasificar los libros que contenían doctrinas perjudiciales para el conocimiento y sabiduría de la sociedad” (www.bibliotecanacional.gov.co).
Para la organización de su acervo bibliográfico, la Biblioteca Nacional, desarrolló índices manuscritos y en tarjetas movibles sin las especificaciones técnicas que actualmente conocemos, pero construidos con el férreo compromiso de difusión de sus colecciones. Movidos entonces, por la necesidad de implementar técnicas propias del desarrollo bibliotecario internacional, en el año de 1936, la Biblioteca trae a Janeiro Brooks, Directora Adjunta del Columbus Memorial Library, para dictar un curso en procesos técnicos, al que asisten destacadas personalidades: Manuel José Forero, Monseñor Mario Germán Romero, Jaime Herrán Medina, Cecilia Jiménez Saravia, Marion Forero Nougués, Blanca Barberi, José Ignacio Perdomo Escobar, e Inés Carrizosa. El temario tratado giró especialmente en torno al sistema de clasificación de Dewey y a las reglas de catalogación de la ALA, adoptándose como resultado de este el Dewey para la organización de las colecciones y la aplicación de las reglas para la descripción bibliográfica. Esta acción formativa en el área fue continuada por José Manuel Forero.
Tiempo después, en consecuencia con el desarrollo de las bibliotecas universitarias y especializadas, surgió la necesidad de multiplicar la capacitación de los bibliotecarios para que pudiesen incorporar técnicas desarrolladas en otros países, especialmente los anglosajones. Y es en la década de los cincuenta del siglo XX, cuando el doctor Gaston Litton irrumpe en el escenario nacional, realizando cursos de formación para bibliotecarios en la Universidad Nacional, el Ministerio de Educación Nacional, el Departamento del Servicio Civil, la Biblioteca Nacional, y la Biblioteca Luis Ángel Arango. Extendiendo dicha capacitación a auxiliares de bibliotecas universitarias en Medellín.
Ello contribuyó a forjar el camino para la materialización de iniciativas institucionales que condujesen a la capacitación de bibliotecarios: la Escuela de Bibliotecarios de la Biblioteca Nacional en 1942; la Escuela de Biblioteconomía del Colegio Mayor de Cundinamarca en 1946, que dictó programas para bibliotecarios hasta 1954; la Escuela de Bibliotecología del Colegio Mayor de Cultura Femenina de Antioquia, con un programa de un año de duración ofrecido entre 1946 y 1959; la Escuela de Bibliotecología del Colegio Académico de Antioquia, que en 1960 abrió la Escuela de Humanidades y Bibliotecología la cual funcionó hasta 1967; la Escuela de Bibliotecología y Archivística de la Universidad Nacional en Bogotá, que creó en 1965 la Carrera de Bibliotecología y Archivística en la Facultad de Filosofía y Letras , programa que quedó en la sola iniciativa; la Escuela de Bibliotecarios del Colegio Universitario del Sagrado Corazón en Cali en 1967, con el programa de tecnología en bibliotecología en seis semestres, creado con la posibilidad de optar la licenciatura con un año más en la Escuela Interamericana de Bibliotecología; y, el programa de formación de bibliotecarios escolares del Departamento de Bibliotecología y Recursos Educativos de la Universidad Pedagógica Nacional de Bogotá, para formar en tres semestres peritos en bibliotecas escolares.
Iniciativas todas estas, que prepararon el terreno para que posteriormente los bibliotecarios optaran por la profesionalización de su práctica, matriculándose en los programas ofrecidos en Bogotá, Medellín y Armenia. Así, nace en 1956 la Escuela Interamericana de Bibliotecología de Medellín con Gaston Litton a la cabeza de sus fundadores, mientras que el programa de la Universidad de La Salle en Bogotá nace bajo la tutela del profesor León Jaime Zapata, quien con la influencia decisiva de Fray Alberto Lee, director del Archivo Nacional, crearon la primera escuela de bibliotecarios y archivistas con 22 alumnos en 1971. Dos años más tarde, en 1973, la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, inicia la Carrera de Bibliotecología, y en 1987 la Universidad del Quindío abre el programa en la modalidad virtual.
El entusiasmo por los cursos y programas despertó paralelamente la necesidad de unirse para emprender proyectos que potencializaran el desarrollo bibliotecario, así nacen asociaciones como: la Asociación de Bibliotecarios de Bogotá en 1942; la Asociación de Bibliotecarios de Barranquilla en 1947, impulsada a partir de un curso de dos meses que dictara Rubén Pérez Ortiz en la Universidad del Atlántico; la Asociación de Bibliotecarios de Antioquia en 1954, año en el que se inauguró la Biblioteca Pública Piloto de Medellín; la Asociación de Bibliotecarios Caldenses en 1958, liderada por Gloria Estrada Robledo, conformándose después en el Capítulo de Caldas de ASCOLBI; Bibliotecarios Agrícolas Colombianos en 1962, con un trabajo importante en el orden nacional con proyección internacional; el Colegio de Bibliotecarios Colombianos en 1963, que dio paso a la conformación de la Asociación de la Egresados de la Escuela Interamericana de Bibliotecología de la Universidad de Antioquia en 1968; y, la Asociación de Bibliotecarios Auxiliares de Colombia en 1976.
Pero detrás de estas realizaciones, está el trabajo denodado e incansablemente de muchas personas, entre quienes para la ocasión cabe mencionar sólo algunos de los pioneros del desarrollo bibliotecario colombiano: Daniel Samper Ortega a quien se le debe el actual edificio de la Biblioteca Nacional, inaugurado en 1938, y promotor de la serie de 100 libros de cultura colombiana titulada “Biblioteca aldeana de Colombia”; el ingeniero Enrique Uribe White, Director de la Biblioteca Nacional en la década de los 40, poeta y traductor; Cecilia Jiménez y Rubén Pérez Ortiz, que desde muy jóvenes fueron activistas en pro de los procesos de desarrollo bibliotecario; José Ignacio Bohórquez, especialista en clasificación y originador de interesantes aplicaciones del Dewey, pilar de ASCOLBI, editor del boletín, y promotor de bibliografías; Marion Forero Nougués, bibliotecaria en la Unión Panamericana quien con su doble nacionalidad estableció el puente bilingüe entre Colombia y Estados Unidos; Manuel José Forero, Jefe durante muchos años del Departamento de Procesos Técnicos de la Biblioteca Nacional , de cuya pluma brotaron los Estatutos de la primera Asociación de Bibliotecarios de Bogotá.
En este sucinto panorama, que por sumario omite muchos nombres, hechos y realizaciones, germina también en 1958 la Asociación Colombiana de Bibliotecarios –ASCOLBI–, como resultado de las Primeras Jornadas Bibliotecológicas en 1954 y desde el germen de la Asociación de Bibliotecarios de Bogotá. Las Primeras Jornadas, acontecimiento muy destacado de la primera mitad de siglo pasado en donde participaron 160 bibliotecarios, se lograron gracias al apoyo de Guillermo Hernández de Alba, Director de la Biblioteca Nacional, y al entusiasmo de quienes reclamaban estos espacios para ventilar los problemas del país relacionados con la práctica bibliotecaria.
Fue entonces, cuando luego de un par de años de reiterados empeños, se reunieron el 30 de noviembre de 1956, en la Sala José Eusebio Caro de la Biblioteca Nacional, la primera Asamblea de ASCOLBI, bajo la presidencia del padre José Rafael Arboleda, quien encabezaba la comisión organizadora responsable de la redacción de los Estatutos: 87 votos de los socios fundadores dieron vida a la Asociación. La personería jurídica fue solicitada con la presentación de las actas de las asambleas de 1956 y 1957 ante el Ministerio de Justicia, que la concedió mediante la Resolución No. 3916 del 23 de diciembre de 1958. En la conformación de la primera Junta Directiva de 1957, fueron elegidos: Blanca Barbieri, Presidenta; Rubén Pérez Ortiz, Vicepresidente; Cecilia Jiménez Saravia, Secretaria; Ángela Hernández, Tesorera; Ernesto Delgado, Vocal de Propaganda; y José Ignacio Bohórquez, Vocal de Publicaciones.
Desde sus orígenes ASCOLBI se caracterizó por una presencia activa en el desarrollo bibliotecario y cultural del país. Para extender su presencia nacional creó en los años setenta seccionales en la Región Central (Cundinamarca, Boyacá y Meta), Valle, Costa Atlántica y Antioquia, así como Capítulos y Divisiones como la División de Bibliotecas Agrícolas Colombianas y la División de Bibliotecas escolares. Promovió varias iniciativas legales como el Decreto Legislativo No. 349 de 1957 donde se fijó la nomenclatura de los cargos de bibliotecarios en la administración pública nacional, el Proyecto de Decreto sobre el escalafón de la profesión bibliotecaria en 1958, y la Ley 11 de 1979 que reconoció el ejercicio de la profesión de bibliotecólogo en Colombia. Además de sus nutridas relaciones con el Gobierno y entidades culturales, y la participación en eventos nacionales e internacionales.
ASCOLBI fue promotora y organizadora de la Primera Semana Nacional de la Biblioteca en Colombia, programando entre el 16 y el 23 de abril de 1959 la celebración de la “Semana Nacional de la Biblioteca y el Libro”, en la cual se celebraron actos religiosos, sociales y culturales, clausurándola con el día del bibliotecario, estatuido en 1958 por la Junta Directiva en su reunión No. 30 en conmemoración a la muerte de Cervantes, el día de la Academias de la Lengua y el fallecimiento de Shakespeare. Desde ese entonces se programa este evento para celebrar la semana del bibliotecario colombiano. Dicha semana fue paralelamente celebrada con actos similares en Medellín, Cali, Barranquilla y Manizales.
ASCOLBI estimuló y en algunos casos participó directamente en la creación de bibliotecas; gestionó la dotación de colecciones en la Cárcel Modelo, en la Picota y en la Isla Prisión Gorgona. También se enfocó la acción de ASCOLBI hacia las bibliotecas públicas, creando concursos en los que participaban Consejos Municipales o Juntas de Acción comunal, comprometiéndose a destinar el local para las Bibliotecas, dotarlos de los muebles necesarios, apropiar partida para la adquisición de obras y nombrar al bibliotecario. Producto de ello, se hizo merecedora del primer concurso la Biblioteca Comunal ASCOLBI del Barrio Marsella en 1967. En 1968 se le adjudicó a la Biblioteca del Barrio Santa Isabel de Bogotá con el nombre de Biblioteca Pública “Manuel del Socorro Rodríguez”. También recibieron los beneficios del concurso la Biblioteca Comunal ASCOLBI en el Barrio La Despensa de Soacha en 1969, y la Biblioteca Pública Municipal de Pueblorrico (Antioquia).
Este ejemplo jalonado por la Semana Nacional de la Biblioteca, contribuyó para que entidades oficiales, planteles de educación e instituciones privadas se animaran, dentro de los actos de celebración de la Semana, a inaugurar bibliotecas, presentarlas restauradas y abrirlas al servicio.
En el terreno editorial de ASCOLBI, cabe destacar el Boletín de la Asociación Colombiana de Bibliotecarios, cuyo no. 1 aparece a la luz pública en marzo de 1957 bajo la dirección de la Comisión integrada por José Ignacio Bohórquez, Marion Forero, Luis Florén, José Manuel Pérez Ayala y Fernando Rodríguez; la Página Mensual, que luego apareció con el nombre de Carta del Bibliotecario; la Colección de “publicaciones de ASCOLBI”, bajo cuyo nombre se publicaron de Gaston Litton “La formación profesional del bibliotecario y el Fondo Universitario Nacional de Colombia”, “Los libros que leyó Bolívar” de Alberto Miramón, “La importancia de la biblioteca científica para el progreso de la Investigación” por Jesús Emilio Ramírez, entre otras; y la Revista ASCOLBI aparecida en 1988 bajo la dirección de Isabel Forero de Moreno y la Coordinación editorial de Camilo Rojas León.
Para concluir, si me lo permiten, quisiera encerrar en dos períodos el devenir de ASCOLBI en estos 50 años: el primero, con la delimitación que Gaston Litton hiciese cuando a la pregunta en la entrevista aludida arriba: ¿Qué proceso ha observado usted en la bibliotecología?, respondiera que el período comprendido entre 1956-1986, se caracterizó por una dinámica activa del desarrollo profesional con la creación de tres facultades de bibliotecología, el desarrollo del sector bibliotecario especialmente en el universitario y el especializado, la construcción de varios edificios de bibliotecas universitarias, y el aumento de matrículas de universitarios en 400.000, quienes fueron los primeros beneficiarios del desarrollo del sector. En este período, ASCOLBI jugó un papel protagónico en las transformaciones que sucedieron.
Podríamos hablar consecuentemente de un segundo período comprendido entre 1987-2007, donde se ha observado un creciente desarrollo de servicios e infraestructuras físicas de bibliotecas universitarias y públicas colocándolas como entidades ejemplares en el contexto internacional, la consolidación de la profesionalización de la carrera de bibliotecología con el aumento de estudiantes y graduados, el mayor reconocimiento social del bibliotecólogo, y el desarrollo del sistema de bibliotecas públicas reconocido internacionalmente; sucesos que han fructificado por la inercia del desarrollo emprendido en las primeras décadas, y por la acción individual de personas o redes de bibliotecas quienes en menor medida han contado con la participación activa de asociaciones profesionales. Y es justamente en este aspecto donde se presenta la mayor debilidad, lo cual no ha favorecido un desarrollo más acelerado y acorde a los cambios que día tras día demanda la sociedad de nosotros.
Es nuestra responsabilidad social para con el país y con la ciencia emprender el camino que nos lleve a encumbrar a ASCOLBI en el sitial que ha merecido, y que merece ocupar en los próximos años y, en consecuencia, los invito a que unamos fuerzas y recojamos con grandeza el legado que nos han dejado desde antaño aquellos visionarios que le apostaron por un ideal de cuyo fruto hoy recogemos dádivas y honores. Llegó la hora de trabajar unidos y bajo las misma bandera, y nada mejor para la ocasión que recordar el texto del Coro del Himno de ASOLBI compuesto por el poeta, declamador y músico Jorge Enrique Nossa, aprobado oficialmente en Asamblea de 1973:
“Adelante legión victoriosa,
Portadora de noble creencia,
a tu paso se aleja la sombra
con los rayos de luz de la ciencia.
Por la gracia del libro sapiente,
Cabe el mundo en la mano del hombre
si lo guiamos con fe del que siente
que trasmite el milagro que asombre”
Mil gracias
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Ganadores del Premio Nacional de Bibliotecología Rubén Pérez Ortiz
PREMIO RUBÉN PÉREZ ORTÍZ
El premio bibliotecario del año fue creado el 28 de febrero de 1959 “para estimular a sus miembros, a alentar su entusiasmo y compensar, aunque sea de una manera simbólica, su esfuerzo en esta lucha por una Colombia mejor”.
GALARDONADOS
Ruben Perez Ortiz 1958
Luis Floren lozano 1959
Ruben Perez Ortiz 1960
Angela Hernandez de Caldas 1962
Aracelly Cardona de Mejía 1965
Ernesto delgado Aguirre 1967
Lucía Belmonte Román 1970
Gaston litton 1971
Jaime Duarte French 1972
León Jaime Zapata García 1973
Octavio Rojas Leon
Y José Arias Ordoñez 1974
1 comentario:
Felicitaciones para ASCOLBI por el artículo, refleja y da cuenta de una historia, una mirada un proceso de contrucción de país desde las bibliotecas.
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